Recuperándome ando todavía de los últimos días en los que mi futuro laboral y el de mis compañeros dependían de mi trabajo como último eslabón de una gran e inepta cadena. He de seguir, pero gracias al cielo, alguien quiso hacer de este fin de semana un momento aún más largo para reponer energías y perderlas leyendo en la cama, por ejemplo.
Esta mañana tempranito cogí mi ultima adquisición literaria -miento, me la regalaron- y se me han hecho las 2 de la tarde. Y es lo que tiene Gayman, que no puedo dejar de leerlo, a dios gracias.
El Libro del Cementerio, de Roca Editorial, una novela juvenil editada a finales de este año pasado en la que Neil Gayman vuelve a dejar parte de su magia en un buen montón de páginas, esta vez todas llenas de letras, en narrar la historia de Nadie, un bebe que, huyendo del asesino de sus padres, acaba siendo adoptado por los residentes del cementerio que hay junto a su casa. Vamos, Gayman en todo lo suyo.
Con ilustraciones de Chris Ridell en la edición que tengo en mis manos, que incluyen la portada del libro -Dave McKean ilustra la edición americana (ver ilustración inferior), que me parece más acertada que la de Ridell-, este dulce de libro es justo lo que uno necesita para olvidarse de este mundo lleno de crueles y traicioneros vivos y reconfortarse en la paz y la estabilidad que ofrecen los muertos. Lo que viene siendo Gayman haciendo suya una versión macabra de El Libro de la Selva de Kipling.
En cualquier caso una lectura más que recomendable, sencilla y nada compleja, pero no por eso carente de sorpresas ni la constante sensación de extraña incomodidad y desazón ataviadas de naturalidad que tan bien maneja Gayman.
Si he conseguido llamar vuestra atención, ahí van las cincuenta primeras páginas de este relato, por cortesía de la propia editorial.
Y ya, que me veo que me va a dar un jama y me temo que empezaré a cantar canciones de Cindy Lauper como respuesta más lógica a lo que me esta pasando por la cabeza. Prometo ser más comunicativa.
Esta mañana tempranito cogí mi ultima adquisición literaria -miento, me la regalaron- y se me han hecho las 2 de la tarde. Y es lo que tiene Gayman, que no puedo dejar de leerlo, a dios gracias.
El Libro del Cementerio, de Roca Editorial, una novela juvenil editada a finales de este año pasado en la que Neil Gayman vuelve a dejar parte de su magia en un buen montón de páginas, esta vez todas llenas de letras, en narrar la historia de Nadie, un bebe que, huyendo del asesino de sus padres, acaba siendo adoptado por los residentes del cementerio que hay junto a su casa. Vamos, Gayman en todo lo suyo.
Con ilustraciones de Chris Ridell en la edición que tengo en mis manos, que incluyen la portada del libro -Dave McKean ilustra la edición americana (ver ilustración inferior), que me parece más acertada que la de Ridell-, este dulce de libro es justo lo que uno necesita para olvidarse de este mundo lleno de crueles y traicioneros vivos y reconfortarse en la paz y la estabilidad que ofrecen los muertos. Lo que viene siendo Gayman haciendo suya una versión macabra de El Libro de la Selva de Kipling.
En cualquier caso una lectura más que recomendable, sencilla y nada compleja, pero no por eso carente de sorpresas ni la constante sensación de extraña incomodidad y desazón ataviadas de naturalidad que tan bien maneja Gayman.
Si he conseguido llamar vuestra atención, ahí van las cincuenta primeras páginas de este relato, por cortesía de la propia editorial.
Y ya, que me veo que me va a dar un jama y me temo que empezaré a cantar canciones de Cindy Lauper como respuesta más lógica a lo que me esta pasando por la cabeza. Prometo ser más comunicativa.
Caerá seguro, Gaiman me parece un genio.
ResponderEliminarVoy a ver esas páginas, tiene buena pinta.
ResponderEliminarBesos.
Coraline me encantó. Voy a echarle un vistazo a este, que ya has conseguido llamar mi atención.
ResponderEliminarbesotes y buen finde