La sombra sobre un bar de madrugada, en blanco y negro, una figura sentada a la barra. Se adivina un hombre por la hora, hundida la cabeza en el hueco que conforman sus cansados hombros. Sus ojos descansan en el fondo del vaso que esta a punto de colmar de vacío y derrota. Una noche cualquiera en cualquier fotograma de cine negro cualquiera.
No más muñequitas de tafetán, tan lindas como peligrosas, no esta vez. No de esas que con solo mirarte sabes que acabarás matando y muriendo por ellas, siendo bastante más que probable esto último y no por los motivos adecuados. No esta vez. Mi integridad como medida de este vaso. Mi dignidad tan mediocre como este whisky.
Y así transcurren los días en los que las desgracias y desagravios de la vida me convierten en ese cliché sin forma ni ambición, en ese fotograma cualquiera de película de Michael Curtiz, en esa figura en blanco y negro que podría estar a la altura de cualquiera, pero que en realidad, no es más alta que lo que mida la generosidad del barman.
No más muñequitas de tafetán, tan lindas como peligrosas, no esta vez. No de esas que con solo mirarte sabes que acabarás matando y muriendo por ellas, siendo bastante más que probable esto último y no por los motivos adecuados. No esta vez. Mi integridad como medida de este vaso. Mi dignidad tan mediocre como este whisky.
Y así transcurren los días en los que las desgracias y desagravios de la vida me convierten en ese cliché sin forma ni ambición, en ese fotograma cualquiera de película de Michael Curtiz, en esa figura en blanco y negro que podría estar a la altura de cualquiera, pero que en realidad, no es más alta que lo que mida la generosidad del barman.
Tu post y el mío parecen primos.
ResponderEliminarBesos.
Billie Holiday y Sarah Vaughan me vuelven loco, que pedazo de voces.
ResponderEliminarun ligero y almibarado pasaje fuera de este mundo :D
ResponderEliminarLa gran belleza de las horas malditas. Qué aguda y visual descripción! El tema me traslada.
ResponderEliminarbesos