viernes, 1 de agosto de 2014

Hamlet en la cola del ambulatorio



Haciendo cola desde las 8 de esta mañana, una web muy amable me recuerda que hay 762 personas delante de mi para comprar tickets para ver Hamlet dentro de un año. Cuando empezó la cola estaba en el 964. Escucho la versión de William Shatner de Space Oddity mientras intento mantener la cordura repasando mis actos, repasando cada minuto de los últimos 9 meses. El casi año que viví en Internet. Un capuchino de sobre con dos de azucar, una de cacao puro y otra de café en una taza de iron man que iba a ser un regalo que no lo fue al final.

Ahora mi puesto es el 728.
Quién da la vez a quí?

Me aparté de todo lo que me definía como persona e individuo. Lo hice con la voluntad y la firmeza de quien se cree fuerte en sus pasos, sin mirar atrás ni pararme a pensar. Creyendo en lo que era cuando no podía saber qué aún no sabía lo que verdaderamente era.

Ground control to Major Tom.

Y tardé poco en darme cuenta de que sin mis libros, sin mi gente, sin mis amores secretos y privados no soy fuerte, no soy nada. Esas pequeñas cosas que pensé que eran superficiales y accesorias, casi algo del pasado, eran lo más importante de todo. Y las dejé atrás. Casi pierdo la vida. Casi pierdo la cabeza. Pero ese casi siempre me salva y es más fuerte que mi mente, corazón y vientre y me agarra a algo, disfrazado de musa o faro pero solo es un sujetapapeles de mi cordura de ojos bonitos. Joder, los segundos ojos más bonitos que existen en este mundo que los primeros los tengo conmigo.

659 por delante de mi. Shatner desafina. Qué tiempo para estar vivos.

A menudo me dejo llevar por el vertigo de las eras y siento una extraña nostalgia por los tiempos que no verán mis ojos, para bien y para mal. Me apena saber de personas que conozco que han muerto y no han visto las pequeñas cosas importantes que vendrán. Intento ver y observar y mirar y ser consciente de todo y darle la verdadera importancia a cada cosa sin perder la perspectiva de fugacidad. Mi cerebro funciona bien pero anda oxidado ultimamente. No podía asimilar más, tenía que parar y replegarse. Limpiar, fregar y abrir las ventanas para que entre el aire. El casi año, medio y un poco más, tres cuartos de año que llevo viviendo en el internet más profundo. Y en el fondo, muy abajo, me he encontrado, me he visto reflejada a través de los años y las palabras de otros como yo. La edad no da experiencia ni derechos ni obligaciones. Esas cosas las  coje cada uno conforme quiere, puede o debe. Nadie cambia, no hay un carné ni un interruptor. Esa es la respuesta a la vida, al universo y a todo. Eso y 42.

614. Can you hear me Major Tom?

Hago cola, watch your back, Cumberbatch is in town. No puedo mencionarlo, ni escribirlo, es algo como una heregía para mi. Como reconocer el foco de mi debilidad. Y no soy buena reconociéndome débil. El sujetapáginas de este año de vivir en Internet y mantener mi cordura ocupada mientras mi subconsciente ordenaba varios años de amontonar trastos sin orden, control ni etiquetas de colores. Es solo la excusa. Es mi mecanismo de salud mental. Yo soy Cumberbatch.

Can you hear me Major Tom?

Hago cola. Fetichista del momento y los recuerdos, como unica propiedad que a la postre puedo acaparar conmigo para siempre, tengo a mi alrededor pequeños objetos que me reconfortan y convertiré así en especiales: mi anillo de estrella, mi boli azul, mi taza de Iron Man, mi pulsera de Sami tribe color rojo como una indirecta muestra de amor, devoción y gratitud que nadie más que yo puede reconocer... y espero mi turno.

Shatner canta ahora Bohemian Rapsody.

Una excusa para mantenerte con vida, expectante, como un niño al que le han prometido una bici nueva al final del curso o un viaje a Disneylandia. Así soy yo. No soy un adulto normal. O lo que yo pensaba que era porque hay más como yo, afortunadamente.

Is this the real life or is this just fantasy?

Nunca seré "normal", he tenido suerte. Tengo suerte. Tendré suerte si los ojos más bonitos del mundo siguen conmigo hasta el final. Es lo que tengo, recuerdos, tickets, pisapapeles de cordura, los ojos más bonitos del mundo que miran por mi y me recuerdan porqué quiero seguir andando esta vida tan rara que me ha tocado vivir. Ser o no ser. No hay forma de saberlo, es lo que nos toca. Ojalá Ofelia no se hubiera tirado por la ventana y ojalá Laertes no fuera tan idiota. Pero es lo que hay. Igual, mi amor por Hamlet, el cual porto hace 20 años me estaba conduciendo a este preciso momento. Me gusta pensar ese tipo de cosas. Igual llevo en la cola del ambulatorio desde entonces y no me he dado cuenta hasta este mismo momento. Quizá esa sea la llave de mi salvación. O quizá solo es una bonita coincidencia, y todo es completamente aleatorio y fugaz. Tengo suerte. Soy Cumberbatch. Soy Hamlet. Soy mis libros y mi momento. Soy esos ojos y este momento. Miro una vez mi anillo de estrella, conmigo durante esos buenos 20 y tantos años. Y todo conduce hasta este mismo momento.

492 en la cola.

Qué buena y extraña época para estar vivos.

Nothing really matters.

327

Nothing really matters.

251

Nothing really matters to me...

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