miércoles, 5 de marzo de 2014

Ejercicio de autoafirmación. Análisis sociocognitivo autoperceptual del individuo conocido bajo los pseudónimos "Duckland" o "Senorita Estropajo" bajo el prisma errático de supervisión ajena.




Me gusta llevar botas con hebillas o cadenas, de tacón grueso, para andar simulando que llevo espuelas.

He hecho, hago y haré lo imposible por los hombres de mi vida, siendo algunos de ellos personajes de ficción. Uno de ellos incluso invención mía.

Amo al Superman de Christopher Reeve. Es uno de mis primeros recuerdos. Una vez me salvó la vida. Nunca contaré cómo, pero es tan cierto como que sigo viva.

A los 16 años sabía lo que era, lo que iba a ser y lo que quería hacer mucho mejor que ahora que tengo el doble de edad.

Odio a los cantautores por la única razón por la que una vez me gustaron.

Odio y amo profundamente. Sin término medio. Pero podría hacer que amaras algo que odias a base de defenderte toda la gama de terminos medios entre el amor y el odio. Soy una excelente abogada del diablo.

Amo con pasión los procesos teóricos de la comunicación humana pero detesto hasta la muerte tener que ponerlos en práctica.

Tomo ansiolíticos desde hace siete años. A veces mezclados con otras sustancias depresoras y/o estimulantes. Nunca se han convertido en una adicción.

Mi cuerpo responde muy bien a los castigos químicos, mi mente responde incluso mejor.

Soy adicta a ciertos vicios mentales que no puedo definir más que como "revelaciones": situaciones donde el tiempo se detiende y el detonante de esta situación me "ilumina".
Una vez pasado ese momento, haré todo lo posible por ver hacia dónde me lleva esa revelación. Siempre me llevan a alguna parte. Cuando estoy inmersa en este proceso de búsqueda me transformo en un monstruo emocionalmente incontrolable pudiendo llegar a ser mortalmente cansina. Y no me daré cuenta.

Aunque nunca he sido diagnosticada más que de asma y ansiedad, tengo razones para pensar que tengo algún tipo de malsana fijación obsesiva, cierta bipolaridad y alguna clase de protoautismo leve. Nunca sé exactamente como reaccionar ante las noticias ajenas y siempre temo que se malinterprete mi exceso o defecto de empatía con hipocresía. Esto no es generalizado, diré a mi favor.

Años de estudio, entrenamiento y cierto talento interpretativo hacen de mi un ejemplar deseable como conversador ilustrado.

Tengo alma de dragqueen, de camionero, de actriz y de espía.

Tengo un hermano ocho años menor que yo y mentalmente más maduro que yo alrededor de unos cientocincuenta años.

Es enfermiza la cantidad de veces que en mi cabeza me imagino viviendo sin la gran mayoría de los seres humanos.

Hago mi propio pan hace varios años. Algunas veces también lo compro.

Mi naturaleza no es la de ser un ser humano, soy un perro. Mi cuerpo y mi mente tienden a hacerme olvidar las nociones básicas que definen a los hombres como la vida en sociedad, el protocolo, los horarios, la organización, el orden o la orientación sexual. Pese a eso, finjo bastante bien.

Podría afirmar que soy pansexual pero actualmente prefiero denominarme como "mentalsexual" (me lo acabo de inventar. "Brainy is Sexy").

Defiendo el derecho a ser asexual. No me cae bien la gente que no respeta las tendencias sexuales de otra persona por el mero hecho de no comprenderlas. Detesto la tendencia actual a sexualizar todo lo existente sobre la faz de la tierra.

Puedo recordar un episodio concreto de los 202 que tiene Expediente X con ver un solo plano. Todavía no me pasa con Sherlock, pese a que esta serie solo tiene 9 episodios.

En mi lista de quehaceres vitales figura abofetear a Chris Carter y a Steven Moffat.

Tengo ciertas manías relacionadas con los espacios llenos de gente. Se ha dicho de mi que se pueden escuchar los engranajes encasquillados de mi cabeza cuando se da esta situación.

Tengo un palacio mental. Actualmente en contrucción. Una de las habitaciones es mi dormitorio de cuando era niña. Y en algún rincón hay un butacón antiguo color vino en el que se sienta un personaje de ficción que suele gastarme bromas macabras sin previo aviso.

Si me dieran la opción de charlar durante una hora con alguien, probablemente pensaría primero en actores y otros miembros de mi corazoncito fandom pero acabaría decántandome por Michio Kaku para hablar sobre mecánica cuántica y la probabilidad de los viajes en el tiempo.

Si pudiera viajar en el tiempo para ver o ser algo en concreto, querría ser uno de los ayudantes de Miguel Angel en la Capilla Sixtina.

He dejado enterrados trozos de mi alma en Quebec, Rio de Janeiro, Florencia, Roma y Wellington. Espero poder volver a recogerlos algún día.

Tengo mongolismo matemático. No he conocido a nadie más malo que yo en cuestión de números. Tampoco he conocido a nadie más despistado. A veces olvido cómo andar o respirar.

Hecho de menos a mis gatos. A Natillas la que más. ¿Qué estará haciendo ahora?
Hecho de menos a los pocos amigos que tengo, incluídos los virtuales. Todos muy lejos de mi ahora. ¿Qué estarán haciéndo ahora?

Suelo escuchar ciertas canciones de forma indefinida para crear un recuerdo permanente entorno a ellas. Así, pasados los años y al volver a escucharlas, recuerdo qué hacía, qué sentía, dónde estaba y porqué necesitaba escucharla una y otra vez. Es pura mnemotecnia.

Tengo la sensación de que ayer escribía mucho mejor que hoy. Esa sensación que se repite día tras día.

Y ya.


                                    

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Jailai!