lunes, 31 de agosto de 2009

Untouched - Johnny Rozsa

Arnold, Tilda y Winona, hace muchos años. En tractor y sin Photoshop.


"Había que tirar de gran angular. Lo mayúsculo de cardados y hombreras no soportaba otro tipo de objetivo. Eran los despreocupados 80, una década que con la idealización que otorga el paso del tiempo casi ha dejado de ser sinónimo de estilismos horteras e imposibles para quedar fijada como el arquetipo del pop feliz, una vida a ritmo de videoclip y una resurrección del mito del 'star system' hollywoodiense. Y allí estaba la cámara de Johnny Rozsa.

Con un olfato finísimo para atisbar talentos en ciernes –y para conseguir intimar con estrellas ya consolidadas–, este fotógrafo captó durante 30 años la quintaesencia de actores, músicos y celebridades que llenaron de glamour Sunset Boulevard y aledaños. Fueron días exentos de photoshop, de cualquier herramienta de alteración digital, de publicistas, asesores de imagen, torpes agentes que no paran de dar indicaciones y molestas injerencias. Se trata de retratos al natural, sin artificios y que ahora bajo el epígrafe 'Untouched' (sin retoque en su traducción) ven la luz en forma de libro de cuidadísima edición. Prologada por la actriz Susan Sarandon, esta antología se revela como un fresco, bello y espontáneo, en un momento donde el cuarto oscuro, los carretes, las diapos de gran formato y el olor a líquido de revelado formaban parte de la panoplia de cada fotógrafo. Fue un tiempo sin cirugía. Literalmente. La toxina botulímica aún no se había instalado en las consultas clínicas de Los Ángeles para devolver lozanía y estirar la cara de famosos con ganas de pactar con Mefistófeles. Por eso, estas 115 instantáneas ayudaron a fijar la imagen icónica de hoy mitos –sin añadidos– de la meca del cine. Con toda sus preciosa naturalidad... sin clics de ratón. (...)


Artículo de Javier Caballero, aquí.
Más Johnny Rozsa, aquí.

viernes, 28 de agosto de 2009

Se acaban los calores




...y se termina el verano. Yo todos son ahora dorados y melancólicos repasos al sueño.


Gracias al cielo, vuelvo a escapar de la estación chorresca por excelencia sin haber visto resentida mi dignidad, sin sorber la canción del verano y sin encontrarme en playas ni descampados de esas que captan esas cámaras que últimamente pueblan las pantallas televisivas de los que se han quedado en sus mileuristas sofás -yo no tengo sofás-.
Jacko la ha palmado. Lástima y Pena. Pero no de ahora. O no, que ayer vi un video que señala lo contrario. Farrah también, y su hijo heredará su fortuna desde la carcel porque su marido estaba tirándole los trastos a su propia hija. Valerio Lazarov ha ascendido tres meses después de que mi padre le saludara con un "Vete con dios!" en un aeropuerto europeo. Añadir mi padre es gurú, no chamán.
Ahora todos tenemos (más nos vale, según parece) o tendremos gripe, negación de la compensación del paro, sandalias romanas y camisetas de Star Wars.

La culpa de Yoko, al final. Y de que fumabamos poco, aporto.
La una afirma tener pene y la otra señala que eso es mentira, que lo sabe de primera mano.
La de más allá afirma que su esposo es un bastardo y este, calzonazos in-extremis, lo confirma.

Una borrachuza me tomó por una posible co-hembra alpha. Devuélveme el mechero primero y oye, pena que el bajista que ves allí sea mi novio y que tu seas tan... "poco agraciada" que si no, igual volvía a mi epoca universitaria de corte católico, apócrifo y normando.
Descubro a mi divo televisivo en la figura de Satrian.
Descubro el gozo de gastar cientos de euros de golpe en comics míticos.

Descubro mi otro yo con quince años de retraso al encontrar vía web a una personita, familiar de sangre directa, que afirma pertenecer a la secta de los Otakus Murcianos. Movimiento éste al que pertenecí en solitario allá por la época en la que Goku todavía tenia rabo.
Lamentablemente tarde, digo, pues una catarsis preapocaliptica extravenosa hizo de mi una fiel admiradora del Hombre de Acero la tarde en que éste me salvó la vida. Y ahora que tiene la carita de Tom Welling (y que después de ocho años parece que al final lo veré volar y portar la Gran S), ahora, digo, no voy a dejarlo tirado por hacer cosplay de PChan.



Una nueva vida, el final de un puñetero verano. *00 € la habitación de un (muy) reseñado hotel de Madrid. Y más kilómetros que el tren. Gracias a dios que donde vivo todo el verano ha estado oliendo a Otoño...

lunes, 24 de agosto de 2009

Tristeza, Jean Seberg

Me encuentro ruborizada en escala de grises. Un tibio perfil se ha asomado a la ventana de mi dispersión de oficinista tuercelineas y he creído reconocer en sus ojos la eterna presencia resplandeciente y serena de una Joan Fontaine, una Grace Kelly, una Audrey Hepburn junto a la silenciosa pena de quien sabes llevó cicatrices en el alma hasta el último día de su vida. Supongo que mi corazoncito se sobresalta por estas sutiles ambiciones en blanco y negro y no por los robustos estímulos cromo-poligonares que no me dicen nada más aparte de que los seres humanos no podrían mascar tanto chicle de golpe.

Este rostro, portado por un ser etéreo de reencarnación a reencarnación, perteneció, allá por los 50, a Jean Seberg, una actriz estadounidense que enamoró al mundo con su cabello a lo garçon, sus hipsticks de pata de gallo y esa aura de francesita replicante a un jovenzuelo Jean Paul Belmondo en el film A bout le Souffle, de Jean-Luc Godard.




Del film, reproduzco la impresión de Joe Marlango, porque... ¿para qué más?


Porque me encanta...
...porque es mítica.
...por Jean Seberg y su camiseta...
...por el grito de ¡¡¡New York Herald Tribune!!!...
...por lo que cuenta...
...por el final...
...por la maravillosa banda sonora...
...porque tiene planos que me fascinan...
...porque hay mucho que aprender de la Nouvelle Vague...
...porque creo que voy a hacerme un ciclo de Godard, Truffaut, Chabrol...
...porque el papel de Jean-Paul Belmondo es genial...
...por su estilo al pasarse el dedo gordo por los labios...
...por París...
...por las escaleras mecánicas...
...por todo eso y más.



Seberg, quien será recordada principalmente por este film -junto a otros como La leyenda de la ciudad sin nombre, con Clint Eastwood, o Lilith, con Warren Beaty-, mantuvo un tortuoso y secreto romance con el director Ricardo Franco, quien plasmó la esencia de aquella relación de amor-odio en el malogrado film Lágrimas Negras.

Todas las chicas querían vestir igual que Seberg, todos los chicos soñaban con que una Seberg pudiera enamorarse de ellos, todas las revistas la querían en sus portadas. La revolución de esta efigie del progresismo, pionera de la imagen hoy sobreexplotada por la cultura pop y mod y la terrible culpabilidad y desdicha por no poder ser madre ni haber podido asimilar la fama hicieron de esta señorita un frágil suspiro de sus desdichas.


Espiada, perseguida y presionada por el FBI por su relación con las Panteras Negras le provocaron mil y una depresiones que se zanjaron cuando, tras siete intentos frustrados y la muerte de su hija recién nacida, consiguió quitarse la vida a base de alcohol y barbitúricos.

Quería hablar del Barón de Munchausen, de Natillas, del guacamole mortífero, de la tercera de XF o de unos amigos míos que andan de roadshow por la India. Pero esta mañana Jean Segard me ha dejado absolutamente prendada de su silencio en blanco y negro.


miércoles, 19 de agosto de 2009

Meninas, ma non tropo!




La Galleria Ufizzi, la Galleria de la Academia, el Vaticano, El Louvre... Soy una amante del clasicismo pictórico-escultórico. Ciertamente despistada, no recuerdo nunca cuando es nuestro aniversario ni me gusta su madre ... pero me gusta considerarme su amante, aunque sea eventual.
-"No se ha hecho nada interesante desde el Renacimiento." - Nunca el homocentrismo fue encarnado por una frase más idiota. Mía, por cierto. Y es que tenía demasiadas expectativas en el Museo del Prado. Y un día de los malos, de los de lanzar frases idiotas sin red ni permiso al creador. Por suerte se me pasó pronto y pude disfrutar del paseo e incluso presentarle mis respetos a las obras más significativas que ocuparon aquellos exámenes de arte que duraban cinco horas...

Y mi purismo se licua entre pliegues cuando, sin focos de halogenuros ni audioguías de a 3,50 me encuentro con una galería que me deja, igualmente, la boquita de piñon abierta de par en par...

Las Meninas, allá arriba, vista por el objetivo compositivo de Joel-Peter Witkin. Y he tenido la suerte de reconocer algunos originales que se esconden tras el verdadero título que tiene su obra. Como La Balsa de George Bush, o de la Medusa -original que a día de hoy, sigue impactando en las paredes del Louvre-, o el cuadro original que se descubre tras The Mother of the Future, perrito de la fertilidad -y fidelidad- incluido...
Y es que, como dice Pedro Vera, aquí hace mucho tiempo que nadie inventa la pólvora, y parece que es cierto. Pero eso no quita que las revisiones de las grandes obras puedan conmover tanto o más que los originales clásicos. La obra de Witkin a un clic. Y si se busca aún más provocación, aquí.

lunes, 17 de agosto de 2009

Lo Gaga, el Gato y las escaleras de la Fnac


Ale. Ya.

Me he desollado la tarjeta de crédito en cómics, los ojos intentando adivinar y las rodillas porque una es así de atonal.

Y es que cualquier persona normal entiende que abajo es abajo y arriba es al contrario, que lo que sube no puede bajar, o si lo hace no lo hace a la vez ni por ciencia infusa y que, de todas formas, no es tan buena idea llevar bajo el brazo diez kilos en página satinada y lomo duro cuando lo primero se plantea como duda existencial.
En estas lagunas ontológicas estaba yo cuando se me figuró -ipso-facto y a tropel- que podría llegar a la cima de una escalera tautología mecánica que descendía, tomos en mano y Verónika al teléfono, sólo porque de pronto mi mente se expandió rauda al ver a mi amado burlado que, en dirección contraria, se dirigía a mi encuentro encontrándose, válgame el cielo!, con su irrisible burladora lanzando libros por los aires, desparramada por las escaleras mecánicas de la Fnac de Callao.

Así tengo las rodillas hoy; que el amor propio me lo dejé allí, como aquel chiste del toro.


Lo de los ojos es por lo de Lady Gaga, ahora que la muchacha ha dejado de jugar al Poker para darle a la brisca, que dicen que es la Sota de Bastos, la reina. Y yo con estos pelos y mi traje de burbujas a medio zurzir... Diga usted que si, que se lo pasará así de bien. Como arma arrojadiza es la mejor, no le quepa a nadie duda, y si quepa duda, mejor dura, oigan.


Y es que unos días en Madrid dan para mucho, para todo lo que tire la master card y el carné de periodista... ah, no, que no llegué a sacármelo... y el de estudiante nunca me ha servido y el de biblioteca que creo que lo perdí en un botelleo...

Total, peregrinación por C/San Bernardo en busca de todas las tiendas de cómics, tebeos, mangas, animes y demás desvaríos frikiológicos a fin de abotargar el sentido común. El resultado viene dado por los varios cienes de euros gastados en este noble arte: Moebius, Gailman, Los Invisibles, los primeros números de City Hunter, Kimagure Orange Road y otros clásicos... Y la más pequeña, dulce y divertida sorpresa para el final: un tesoro animado.

El dulce hogar de Chi.





Cogido por casualidad y sólo pensando que sería una serie parecida a Sin-Chan o Ebichu, de corte sencillo y ligeramente soez, picantoide o irónico, y voy y me llevo la sorpesa de que es completamente inocente, divertido y brillante. Completamente recomendable por esta humilde servidora. Acabo de bajarme el primer episodio de la serie animada. Espero que sea igual de divertido.

Por lo pronto, me voy a casa, que ya vivo a 30 kilómetros de aquí y me esperan para cenar.
Nota mental: comprar Linimento Sloan -"a.k.a El tio del Bigote"-para las rodillas, que no doblan hacia el lado que venían haciéndolo hasta ahora.

jueves, 6 de agosto de 2009

Remiau (pronúnciese con acento francés)


* Como cartel esta muy bien; ahora, si Lautrec y Steinlen levantaran la cabeza y vieran que el cavaret Le Chat Noir ahora es un café en el que te clujen por un carajillo se meaban en la misma puerta.


Estoy de vacaciones pero más o menos, esto es así. Cosa rara. Día tonto. Casa nueva. Carreteras absurdas.
Muebles deesossuecoshijosdeputifarquearderánenelquintocírculodelinfiernorl.

Na, perdón por la tontería. Llevo cosa de varias horas de lloriqueos y ya ni ostiar a los sims me sacía ni satisface. Ni siquiera pasando horas en el Failblog. Y es que echo de menos a mis gatos y desde aquí, os enseño una casa que hace mucho bien y reconforta el corazón: la casa de adopciones G.A.T.A. de Madrid. Y es que he apadrinao un gatico. Otros se lo gastan en el Marca. Y en cuanto mi pariento se deje el Heroes of Might and Magic lo convenzo para que apadrine otro. Y cuando podamos -y encontremos sitio entre la mesa Lack y la estantería Billy- adoptaremos otro gato, que ocupan poco, dan mucho y te quitan horas delante del ordenador.

Sigo de vacaciones. Pero si me entero que alguien permite que un tercero (no espero menos de vosotros) se preste a consentir el abandono animal llamaré a mis colegas La Criatura del Pantano y El Ubermensch haremos de estas vuestras peores navidades.






Pd: Larga Vida a Keyboard Cat!!